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‘El señor de los djinn’, de P. Djèli Clark

Entre velos y engranajes: El Cairo que no fue

He aquí el libro con el que empiezo el año, que ha sacado ese fan que llevo escondido muy dentro, y que me ha devuelto la ilusión que acostumbraba sentir en mi adolescencia por las cosas que me gustaban de verdad. Un placer que algunos calificarían como de culpable y, confieso, al que estuve a punto de renunciar antes de empezar, después de leer alguna que otra reseña decepcionada por (presumo) unas expectativas acaso demasiado altas ligadas a los premios de género fantástico que esta novela ha ganado (Nebula y Locus por novela debut) junto a diversas nominaciones (entre ellas al Hugo y al World Fantasy).

A P. Djèli Clark lo conocí hace un par de años con su Ring Shout publicado por Mai Més. Entonces fue todo un acertado descubrimiento, pues su ficción especulativa vinculaba algunas de mis filias personales, como el terror cósmico y la Historia. No tardé en buscar información sobre otras obras suyas publicadas en estas tierras, pero por aquel entonces sólo contaba con una más, La maldición del tranvía 015, que recién había publicado Duermevela, y cuya ambientación nacía de un premiado relato corto, A Dead Djinn in Cairo, el mismo que se incluye como prólogo en el volumen que tenemos entre manos, El señor de los djinn.

La acción arranca con el asesinato de una orden esotérica al completo que se halla integrada casi exclusivamente por europeos residentes en Egipto. Ahora, este Egipto en concreto es el de una realidad alternativa donde los ingleses han fracasado en el control de la colonia, el asesinato está investido de características misteriosas, y la agente al cargo del caso trabaja para un Ministerio de Alquimia, Encantamientos y Entidades sobrenaturales al servicio de la monarquía y el pueblo egipcios.

Duermela nos trae esta laureada novela de P. Djèli Clark

Clark, el alter ego del historiador y profesor universitario Gabriel Dexter, recurre a la por lo general desconocida historia del continente africano cuando nos salimos del intervencionismo imperialista europeo, y se nutre de elementos de la mitología del Próximo Oriente, para dar forma a un fascinante mundo fantástico que aúna tradición orientalista, fantasía urbana ‘steampunk’, espíritu ‘pulp’ sin complejos y clichés propios de las novelas de misterio.

Hay algunas cosas en El señor de los djinn con las que personalmente no conecté, como la protagonista principal, Fatma, y otras que incluso me rechinaron, como el desarrollo de la investigación y la predictibilidad al respecto de la identidad del asesino. Ni tan siquiera el ‘steampunk’ me dice gran cosa después del empacho que sufrí hace unos años con la trilogía de Bas-Lag de China Mieville. ¿Pero sabéis una cosa? El resto hace que se lo perdone absolutamente todo.

P. Djèli Clark teje un mundo con un sentido apabullante de la maravilla, que despliega poco a poco, integrando coherentemente otras de sus obras previas (hasta Ring Shout cabe aquí), como quien no quiere la cosa, dejando caer pedacitos de información histórica y etnológica que en una lectura ampliada ganan de forma exponencial. De manera similar, el autor se sirve de metáforas que, entre la simplicidad y la sutileza, con mayor o menor acierto, tocan un sinfín de temas actuales (empoderamiento femenino, relaciones sentimentales no normativas, racismo, manipulación de masas…) que nunca se anteponen o entorpecen el objetivo último de la narración, supeditado a ese espíritu ‘pulp’ que nos regala vibrantes y épicas escenas de acción salpicadas de humor y personajes de lo más ‘cool’.

En su conjunto, diría que El señor de los djinn posee toda una serie de cualidades que me remiten tanto a la literatura de selloyoung adult’, como a productos audiovisuales de variado espectro: desde el desenfreno y chulería del Sherlock Holmes de Guy Ritchie, al encanto ochentero de El secreto de la pirámide. Hasta algo de ‘cozy fantasy’ también encontramos entre sus páginas, subgénero que nunca me hubiera visualizado leyendo.

El señor de los djinn nos recuerda el increíble gozo que supone dejarse llevar, de tanto en tanto, por una narración absorbente al servicio del entretenimiento puro, la aventura desmedida y el sentido de la maravilla. Y es que, al final, quizás todo se limite a darle al cuerpo lo que nos pida, más allá de etiquetas, de prejuicios o de lo que puedan decir los demás.

¡Ah!, y si la leéis y os quedáis con ganas, probad a continuar con La maldición del tranvía 015, que os sumergirá de nuevo en este fascinante universo.

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‘El señor de los djinn’, de P. Djèli Clark was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.

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