El periodista musical Seán O’Hagan entrevista al líder los Bad Seeds en este volumen de Sexto Piso
La contraportada del libro ya nos pone sobre aviso: “esto no es una autobiografía. Es una conversación”. Y efectivamente. Porque en Fe, esperanza y carnicería, lo que el lector encontrará es una serie de conversaciones del músico Nick Cave con su amigo y periodista Seán O’Hagan. No es un repaso a su vida o a su discografía. Se centra, particularmente, en la experiencia de Cave desde la época de la pandemia, y, sobre todo, en los efectos de la desvastadora muerte de su hijo de quince años Arthur.
De esta manera, las conversaciones de O’Hagan con Nick van a caer irremediablemente en cómo el músico encaró la música a partir de la pérdida de su hijo. Aún antes de ello, el proceso creativo de Cave se había hecho más visceral e intuitivo. Prueba de ello es disco Skeleton Tree, sobre el que planea una sombra turbia, pese a que se compuso y grabó antes del funesto acontecimiento.
La religión ha formado siempre parte de las letras de Nick Cave, sea en referencias en sus canciones o en sus propios libros. Muy presente en su vida desde la infancia, en este libro vemos como el músico, en las conversaciones, va expresando, como dijo otro periodista hablando de George Harrison, su hermosa necesidad de Dios. Si al principio del libro se muestra algo reticente, al final tenemos la certeza de que Nick ha abrazado la trascendencia, sobre todo como respuesta a lo ocurrido en su familia. Todo ello se advierte en sus últimos discos y la actitud de esperanza que el músico transmite. El título, pienso, es un guiño a la famosa frase cristiana de “fe, esperanza y caridad”, en el que se ha sustituido por “carnicería”, que guarda relación con otro de sus últimos trabajos musicales.
La pérdida de mi hijo es una condición, no un tema. Es una condición y, como tal, lo permea todo. Desde luego que mi relación con las palabras ha cambiado, pero también mi relación con todas las cosas. Mi vida tiene una intensidad distinta. No es la ardiente intensidad de la juventud, sino otra cosa: una especie de audacia espiritual. He advertido esto en mucha gente que hace un duelo, por cierto: hay como una devoción. (Nick Cave, pg. 187)
La relación con sus padres, el consumo de drogas, el proceso de escritura de sus canciones (Nick piensa que es proceso presciente: las letras señalan cosas que todavía no se entienden o no han ocurrido), la relación de entrega con el público, la pandemia y la salud mental, su reciente afición por crear figuras de cerámica; el origen del proyecto Grinderman, la relación de trabajo con Warren Ellis… Son múltiples los temas que van saliendo en estas entrevistas, porque, a pesar de tener un guion, no pueden evitar irse por los recovecos de la conversación.
Nick Cave busca la absolución de su vida y de los sentimientos de culpa por la muerte de su hijo a través de la música. Y es obvio que religión y música están íntimamente conectadas, pues ambos fenómenos apelan a una conexión trascendente.
Seán O’Hagan es sin duda un conversador muy inteligente. Sabe sacar temas complicados, pero a la vez es flexible en la dirección que la entrevista toma: sabe escuchar y es muy empático. Las conversaciones, así, evolucionan de una forma muy orgánica, y dejan la sensación al lector de estar en una tranquila terraza con unos amigos de toda la vida.
Hemos hablado mucho de esto, de la idea de que el sufrimiento es, por naturaleza, el mecanismo primario del cambio, y que de alguna manera nos presenta la oportunidad de transformarnos en otra cosa, en algo diferente, espero que en algo mejor. (Nick Cave, pg. 194)
Fe, esperanza y carnicería es sin duda un libro muy interesante para conocer, y sobre todo entender, el momento musical por el que pasa Nick Cave y el viraje estético y conceptual de su música. Confieso que yo no había estado muy atento a sus últimos discos, y escuchados de nuevo a la luz de estas conversaciones, Skeleton Tree toma otra forma, así como Ghosteen, el álbum dedicado totalmente a la muerte de Arthur, y el nuevo álbum que acaba de aparecer hace unos días, Wild God. El libro se convierte, en suma, en una proclama del Nick Cave actual: como ya han apuntado algunos críticos, una reflexión sobre la muerte y el duelo, pero sobre todo, una celebración de la vida. ¿Parece increíble de un hombre que publicó un álbum sobre Murder Ballads, verdad?
‘Fe, esperanza y carnicería’: conversaciones con Nick Cave was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.