Los finales siempre son difíciles. Podría hacer una lista de las sagas de fantasía que empezaron gustándome mucho y al final pues bueno, bien, pero ligeramente decepcionante. A veces quieren hacer un giro argumental tan sorprendente que no tiene ningún sentido. O quiere ser tan épico que la historia se desconecta de loque importa, que son los personajes. A veces el final simplemente resulta previsible. Es muy difícil escribir un final realmente satisfactorio, que lleve a todos los personajes a una evolución lógica y a la vez nos sorprenda. Además, en el caso que nos ocupa Fonda Lee se había puesto el listón muy, muy alto. Ya reseñé las primeras dos entregas de la trilogía de los Huesos Verdes, Ciudad de Jade y Guerra de Jade, y dejé claro mi entusiasmo. Por si fuera poco, esta tercera parte ha ganado dos premios, el Locus de fantasía y el Aurora y la trilogía ha sido nominada al Hugo a la mejor saga. Si le sumas todos los comentarios positivos en redes sociales, las expectativas estaban muy altas. Y las expectativas pueden ser muy traicioneras.
Con Legado de Jade, la autora canadiense demuestra estar a la altura con creces. ¿Expectativas? En pocas ocasiones he visto a una autora meterle semejante paliza a las expectativas. Las expectativas se quedan en el suelo llorando mientras tú te adentras en una auténtica lección de cómo hacerlo todo bien en una novela. A los miembros del clan Sin Cumbre ya los consideraba parte de mi familia. Los personajes son el punto fuerte de toda la trilogía, pero ahora, con una tercera entrega más larga, que cubre muchos más años de sus vidas, los hace evolucionar de una forma maravillosa. Sufres con sus fracasos, te llevas las manos a la cabeza con sus defectos, te emocionas con sus victorias. No es lo único que evoluciona de una forma realista, llena de claroscuros: también lo hace la sociedad de la isla ficticia de Kekón y el resto de países del mundo. El retrato sociopolítico de toda una nación e incluso de todo un mundo, es poco menos que asombroso. De lo mejor que he visto en un género que ya suele poner mucho peso en el worldbuilding.
Como en entregas anteriores, la acción es trepidante e imaginativa. Tan buena que en otra novela sería lo más notable. Aquí es sólo otro de los muchos puntales que sostienen la compleja estructura narrativa. Esta montaña rusa emocional en la que lloras, te enfadas, te alegras y sobre todo, te alucinas de como avanza esta versión imaginaria del siglo veinte, con obvios paralelismos con el nuestro, que crean esa aura de verosimilitud, pero sin perder por ello la capacidad de maravillarte en todo momento. Todo ello constituye el mejor cierre de trilogía que he leído en años. Leyéndolo no puedes dejar de pensar que estos libros darían para una gran serie de televisión y, la verdad, mucho me sorprendería que no lo acabara siendo. Insólita Editorial ha demostrado un gran olfato adquiriendo los derechos, y creo que aún le van a dar muchas más alegrías.
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- ‘Guerra de jade’, de Fonda Lee
- ‘Los reyes de la tierra salvaje’, de Nicholas Eames
‘Legado de jade’, de Fonda Lee was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.