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Narrativa breve de Tim Powers

Hay otros mundos, pero están en este

Después de mi lectura de la narrativa breve de Tim Powers a lo largo del mes pasado, he empezado a asociar un paquete de Camel, una botella de bourbon Wild Turkey, un clásico norteamericano como el Ford Fairlane y una edición antigua de la Teogonía de Hesíodo, a la imagen que ahora ocupa en mi imaginación este viejo amigo mío, al que conocí hace más de veinte años con una copia de su En costas extrañas. La aparición de estos objetos recurrentes en sus relatos breves, acaso indicios de la persona detrás del escritor, se da con la de un fino humor que me ha permitido descubrir una faceta, acaso olvidada, de uno de mis escritores favoritos de fantasía, que, ¡oh sorpresa!, parece que funciona mejor en las distancias cortas del relato que en las largas de la novela.

Pero antes de abordar estas lecturas, dejadme que reflexione acerca de lo triste que es, hoy en día, descubrir como un autor de primera línea como Powers parece ir cayendo en el olvido dentro del mercado nacional y del público lector de género fantástico. Tradicionalmente asociado a un par de laureadas novelas que aquí le dieron la fama (Las puertas de Anubis y la mencionada En costas extrañas, esta última la inspiración inconfesa detrás de la franquicia de Piratas del Caribe), se me antoja que muchos lectores parecen haberse plantado aquí o han claudicado ante un escritor que no es todo lo fácil que a priori podría aparentar. A esto se suma el reciente silencio de Gigamesh, la editorial que ha apostado por el autor desde hace casi veinticinco años. Su último libro editado, Última ronda, salió en el 2018, y desde entonces, a pesar de que este volumen es el primero de una trilogía, no han anunciado ninguna novedad respecto a las que ya empiezan a amontonarse en Estados Unidos.

De los dos libros que he leído para escribir este artículo, sólo se halla disponible en castellano Tiempo de sembrar piedras, una antología publicada por Gigamesh en 2014, cuyo contenido amplía el de otro volumen recopilatorio anterior, El reparador de biblias (si bien éste fue editado como ejemplar promocional de un Sant Jordi que, como tal, no llegó a muchos lectores). La otra antología, Strange Itineraries, publicada por la americana Tachyon, resta inédita en nuestro país y es anterior, del 2005, y aunque contiene dos relatos que aparecen en el primer volumen mencionado, los siete restantes permanecen sin publicar en castellano.

Después de un par de años sin leer a Powers, enfrentarme a su narrativa breve ha supuesto para mí descubrir, como avanzaba un poco más arriba, a un autor diferente respecto al que creía conocer bien por sus novelas de ficción especulativa con trasfondo histórico. Ahora bien, el escritor que todas conocemos, el de los viajes en el tiempo de Las puertas de Anubis, el que se deleita en torturar a sus personajes, el que, respaldándose en una exhaustiva documentación, establece conexiones entre nuestra Historia convencional y otra, oculta, que corre en paralelo, y el apasionado erudito del clasicismo, todos esos Powers, siguen presentes en estos relatos.

Aunque lo sobrenatural siempre ha tenido un rinconcito en la ficción del autor, aquí Powers libera un tropel de entes espirituales cuyas estupendas historias hubieran encajado a la perfección en la línea narrativa que White Wolf lanzó hace veinte años para respaldar a Wraith, su juego de rol. Así, por las páginas de estos dos libros confluyen almas en pena en busca de la expiación de sus pecados en vida, torturados espíritus deseosos de escapar del bucle eterno en que se ha reducido su no-vida, fantasmas ajenos a su auténtica naturaleza… ¿Que no os parecen planteamientos originales? Dadles una oportunidad, y entonces quizás comprenderéis el motivo por el que Paul de Filippo se vale del adjetivo “haunting” (cuyo significado aquí se movería entre lo evocador y lo inquietante) para describir a Powers en el excelente prólogo con el que se abre el volumen de Tachyon. En efecto, el escritor imprime su toque personal a esas criaturas, habituales dentro de nuestro imaginario colectivo. El estilo Powers, personalísimo, pasa unas veces por seducir al lector con ambientaciones que, aunque enraizadas en nuestro mundo, pronto divergen de él, dando paso a realidades alternativas propias de la fantasía urbana o del realismo mágico, como podemos leer en su Fifty Cents o The Better Boy, ambos co-escritos con su amigo James P. Blaylock y que bien podrían pasar por episodios de la serie de televisión The Twilight Zone. En cambio, en otras ocasiones, el escritor reinterpreta mitos clásicos de manera que resulten atractivos para el lector actual, un poco a la manera en que concibió a sus nefilims como trasuntos del vampiro arquetípico en La fuerza de su mirada. En esta línea, en el estupendo relato El reparador de biblias, el autor coquetea con la tradición mexicana centrada en la vida de ultratumba, desplegando un universo propio de tal magnitud y poder de sugestión que cuesta creer porqué no la continuó en una historia de mayor extensión.

El formato breve de estos relatos se ajusta a la perfección al increíble genio de Powers, permitiéndole demostrar hasta dónde es capaz de llegar a la hora de construir sus estructuras narrativas. Desde el desconcierto inicial en el que suele sumir al lector, captando enseguida su interés, poco a poco va desgranando (y aclarando) los pormenores de sus tramas, a veces mediante algunas piruetas espacio-temporales, siempre prestando atención al detalle, para acabar haciendo encajar cada una de las piezas con envidiable maestría y sentido del humor. Buen ejemplo de ello es Salvación y destrucción, posiblemente el relato que más he disfrutado del libro de Gigamesh, al que acaso podría seguir Dondequiera que se oculten. Creo que no me equivoco si os digo que ambas historias harán las delicias de los que gustéis de leer sobre viajes en el tiempo.

Del total de trece relatos, sólo uno de ellos, Tiempo de sembrar piedras, entronca con esa línea histórica por la que Powers se hizo bastante conocido en nuestro país gracias a sus novelas. De hecho, esta historia hace de puente entre las novelas La fuerza de su mirada y Ocúltame entre las tumbas, ambas pertenecientes al llamado ciclo de los poetas malditos, en las que Powers demuestra su vasto conocimiento sobre la literatura del romanticismo inglés. Curiosamente este relato es, a mi parecer, el más flojo de los incluidos en ambas antologías, si bien el escenario en el que transcurren los acontecimientos, la Grecia del siglo XIX, en plena revolución nacionalista por conseguir la independencia del Imperio Otomano, es suficientemente potente como para atraer al lector.

Si no habéis leído a Powers todavía, os invito a hacerlo con cualquiera de estas dos antologías de ficción breve. Estoy casi seguro de que su lectura conseguirá dinamitar vuestra incredulidad en cero coma, y de que disfrutaréis de su personalísimo concepto de lo maravilloso. Gracias a él, creeréis en la capacidad de unos conejitos de hielo para ascender hasta la estratosfera y, en definitiva, llegaréis a la conclusión de que existen nuevas maneras de ver este mundo, todavía extraño y sugerente.

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Narrativa breve de Tim Powers was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.

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