La poeta accésit del Premio Adonáis 2022 utiliza la metáfora de las matrioskas para mostrarnos un autorretrato poliédrico y firmemente arraigado en los orígenes
La poeta Irene Domínguez (Toledo, 1996) debuta en firme con un poemario redondo e inteligente. Merecedor de uno de los accésit del Premio Adonáis, Pureza (Rialp, 2023) consigue algo tan fácil de idear como difícil de ejecutar: que todos los poemas respondan a una misma idea sin por ello perder la identidad autónoma que debe tener el texto poético.
Para ello, Domínguez utiliza la metáfora de la matrioska, esa muñeca rusa fascinante que se va desenroscando para encontrar otra, y otra, y otra. Son cinco las matrioskas que dividen en el poemario, y en cada una de ellas la poeta desarrolla un aspecto de sí misma: la estirpe, la infancia, el cuerpo de la mujer, el amor verdadero y la vocación.
La humildad impuesta por las circunstancias vertebra todo el libro, así como la adopción orgullosa de esa humildad y la insistencia personal en honrarla. Esboza así algunos versos de observación agudísima, por ejemplo, aquellos en los que parece reformular la expresión “no se me caen los anillos”, comúnmente utilizada por quienes se ven obligados a trabajar de lo que se pueda para sobrevivir: “[…] también me duelen/ las manos, me duelen y me ahogan los anillos,/ y en mi vida hay toros con prendas en sus cuernos,/ negros como las aceitunitas maduras de mis ojos,/ que me miran y someten y me hacen decir sí”.
Esa humildad está presente también en la forma de entender el amor, planteado como algo que se descubre fácil después de muchos golpes, algo a lo que es preferible llegar experimentada para poder aceptarlo con justicia (“Yo podría haber perdido la virginidad contigo,/ pero quise llegar sabia al primer amor”). El amor verdadero es sencillo, largo, suave, como los juegos con pompas de jabón: “Cambiaríamos las pompas/ por otros juegos menos niños,/ pero nuestro amor seguiría toda esa filosofía./ Nos enseñaríamos la forma de que durase mucho más”.
La sexualidad y el cuerpo de la mujer como gracia y condena son otro de los temas que con más interés se desarrollan en el poemario: en el sublime “Kim K. acaba de compartir una publicación”, iconos de belleza de toda la historia se reúnen en la voz de la poeta para reclamar el daño infligido por y para sus cuerpos. En la misma línea de bendición corrupta encontramos la reflexión sobre la vocación, última matrioska, donde varios poemas construyen un relato certero sobre las circunstancias que afronta quien decide dedicarse a la literatura sin tener un gran sostén económico: “Pero de qué sirven estos conocimientos/ si no tengo casa a tu lado,/ si la grandeza de la vocación/ me obliga a encerrarme en un sitio pequeño”.
Pureza, vocación, humildad: los pilares básicos de una poeta que, sin duda, dará mucho que hablar.
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“Me duelen y me ahogan los anillos”: ‘Pureza’, de Irene Domínguez was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.