«Si por una vez en vuestras vidas tenéis que enfrentaros a la verdad, aceptadla así, con la cabeza alta y todas las banderas ondeando al viento; no os quedéis ahí sentados, conviertiéndolo en tragedia»
«Usted no puede hacer lo que es imposible, porque si pudiera no habría fin…»
Dos mujeres que se bañan. Una madre y una hija. Así comienza El caballo ciego de Kay Boyle, autora comprometida y luchadora estadounidense[1]. Una imagen banal, pero que consigue transmitirnos toda la fuerza que encierra la novela. Añádase la fantástica traducción de Magdalena Palmer en la incipiente editorial Muñeca Infinita. Habrá que seguir los pasos de Juan Pablo [editor] para ver qué sorpresas nos deparan sus diferentes propuestas narrativas.
«Ahora estoy en casa, este es mi hogar, pero no tengo un sitio aquí porque todos los espacios están ocupados por esa niña que no morirá»
La trama se desarrollará a través de varios planos secuencia. Un triángulo cuyo último vértice es un padre escuálido. La familia, los deseos, el trabajo y las decisiones vitales como argumento. Escritura sencilla sobre distintos niveles que, empero, sostiene una compleja y sutil tela de araña que nos atrapa en el lenguaje. Escuchamos las voces interiores de los tres personajes, sus miedos, sus anhelos e intermitentes sentimientos. Y todo ello pivota sobre la naturaleza y un animal ‘herido’, inútil. Un caballo ciego.
«mirando al caballo como haría un curtido gladiador inmovilizado en pleno combate, caído del carro, perplejo y desarmado»«el mozo era un facsímil en miniatura de un hombre duro, indómito y musculoso»
El caballo desencadenará las tensiones existentes en la familia. La fragilidad de unos lazos espurios o inexistentes por la incomprensión mutua. Un padre frustrado, una madre con ansias económicas y de estatus y una hija adolescente con ganas de independencia y libertad. La granja familiar será donde se desarrollen los actos de una lucha entre la belleza de lo inútil y el pragmatismo sacrificial.
«Madre,tú puedes tocar estas cosas, tú puedes tocar la muerte y después limpiártela de las manos con un pañuelo, y tocar el dolor sin arredrarte, pero ya no puedes abrazarme cuando estoy contigo y tengo miedo»
En definitiva, una lectura muy recomendable, con diferentes estructuras narrativas y una historia universal contada de manera indómita, sugestiva y potente. Una lectura que, una vez finalizada, sobrevolará en el recuerdo lector.
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[1] ]La impronta de la autora (bastante desconocida por estos lares) se entiende por las numerosas veces que es citada en el libro de Dominique de Saint Pern: Black Sun. Cuando editar era una fiesta, Madrid, Fórcola Ediciones, 2021, traducción de Gabriela Torregrosa. En el libro, memorias de Harry y Caresse Crosby se detalla la amistad con editores y escritores de la época, y la represalia que sufrió durante el macartismo.
Escrituras comprometidas: ‘El caballo ciego’, de Kay Boyle was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.