Lo insólito se insinúa en lo mundano

El terror que Michael Wehunt nos infunde con esta antología de ficción breve editada recientemente por Dilatando Mentes nace de lo cotidiano. Sabemos que la vida puede ser, en sí misma, en nuestro día a día, una fuente de inquietud, desasosiego, angustia, miedo y pavor. Si sois tan afortunados que no os reconocéis, probad a encender el televisor.
Las bondades de este autor, poco conocido en estas tierras, nos las presenta John Langan, otro de los cultivadores actuales del terror en su variante más weird, en el prólogo que abre esta colección y al que bien vale la pena volver una vez finalizada la lectura de la obra. En estas páginas iniciales Langan define el estilo de Wehunt poniéndolo en relación a diversos autores, pasados y presentes, entre los que me gustaría destacar a Robert Aickman. De éste leí hace poco un relato (La aparición de la estrella, en Solsticio siniestro, de Impedimenta) cuya cautivadora atmósfera, dotada de cierta cualidad onírica, se halla en la base de varias de las narraciones reunidas en Los inconsolables, si bien en Wehunt el sueño deriva hacia la pesadilla.

Las historias reunidas en esta antología no pueden entenderse sin los traumas personales que arrastran sus personajes y con los que han de lidiar diariamente. El dolor que sienten, su rabia, su frustración, su obsesión, su indefensión… les sitúan más allá de cualquier consuelo posible. Esos sentimientos, que nacen del distanciamiento de una relación, una ruptura, la pérdida de un familiar, la soledad o el envejecimiento, y una perspectiva psicológica en la que como lectores constantemente buceamos en la psique de unos personajes cuya extracción social es de clase obrera o media, nos permite empatizar con ellos y entrar en la historia fácilmente.
Entonces, a partir de estas dinámicas cotidianas y asfixiantes, algunas de las cuales ya participan del horror, lo insólito irrumpe en la vida de los personajes, ya sea como ensoñación que oscila entre lo lúgubre y lo absurdo, o encarnada en la figura del “monstruo”, que aquí adquiere formas variopintas: desde la reinterpretación del mito vampírico a la actualización del avatar propio de una mitología con reminiscencias lovecraftianas, pasando por ángeles vengadores y siniestros mimos que Langan reconoce como representaciones del clásico fantasma. La aparición de estos “sueños de la razón” en el mundo diurno, vinculados, cual rémoras o parásitos, tanto emocional como espiritualmente a los atormentados protagonistas de estos relatos, es tan escalofriante como memorables son sus escenas.

Estas escenas participan de atmósferas inquietantes y opresivas, donde el paisaje natural de Georgia, con la frondosa cordillera de los Apalaches de fondo, suele adquirir una protagonismo destacable y es uno más de los motivos por los que a Wehunt se le considera uno de los escritores adscritos al gótico sureño, una etiqueta generalista en la que tienen cabida autores tan diversos como Flannery O’Connor (una de las influencias confesas de Wehunt) o Michael McDowell (sí, el nombre detrás de Blackwater, el fenómeno superventas del año pasado).
Volviendo al concepto del monstruo, a veces éste se relaciona con factores exógenos a los personajes, siendo el actual clima político del país uno de ellos. Wehunt, quien se define a sí mismo como un liberal en un estado mayoritariamente conservador, no duda en manifestar su preocupación hacia el resurgir del supremacismo blanco y su descontento hacia el gobierno del reelegido Trump, elementos que hallamos en Dentelladas en Norteamérica, un perturbador relato donde convergen el horror cósmico más tradicional y el creepypasta más actual.
Parafraseando a Langan, Wehunt es un autor que oscila entre un estilo minimalista y otro dotado de una prosa rica pero no recargada, con una cualidad lírica y una carga simbólica que han sido alabadas por la crítica literaria. Si bien hallamos trazas de este estilo en Los inconsolables, desafortunadamente la traducción no parece encontrarse a la altura. Así, a menudo el texto no fluye con naturalidad, y no es extraño tener que detenerse para releer algún fragmento, hasta el punto de vernos empantanados, ocasionalmente, en algún pasaje de oscuro significado.

Los inconsolables trae una novela corta y nueve relatos, de los cuales un buen número invitan a ser revisitados. El volumen también incluye unos apéndices consistentes en notas del autor cuya lectura proporciona una visión más completa de cada uno de los relatos. Aunque de lo escrito hasta el momento puede deducirse que todas las historias caen dentro del terror extraño, sí que es cierto que la última, Un final (Ascensión), se desmarca de esta etiqueta y es ciencia ficción. Si bien todos son independientes, algunos de los relatos se hallan conectados, de forma que el propio autor los concibe como un tríptico. Se trata de Una ficción vampírica, La recopilación de Pine Arch y A sorbos. Esta relación, un recurso habitual en otros escritores de género como Stephen King (pensemos en el “ciclo” de Salem’s Lot), la extiende Wehunt, para el caso que nos ocupa, a otra de sus obras previas (Bajo la casa, incluida en la descatalogada antología Un lugar mejor, también de Dilatando Mentes) y a una novela de reciente publicación en los Estados Unidos (The October Film Hunt). Estos relatos coquetean con el subgénero cinematográfico de metraje recuperado y el creepypasta, y cuentan con la recurrente aparición de una enigmática y hermética sociedad constituida por cinéfilos, conocida como “El Equipo de Investigación de Pine Arch”.
Más allá de relatos mencionados anteriormente, como Una ficción vampírica, La recopilación de Pine Arch o Dentelladas de Norteamérica, creo que entre mis favoritos también incluiría el angustioso Cuidar de un perro callejero (Metáforas), el lynchiano Fatuo y el extrañísimo ¿Sigue habiendo bondad humana en el mundo?
Ahora bien, si algo puede decirse de todos ellos es que permanecen en nuestra memoria e invitan a la reflexión. Wehunt tiene una pasmosa facilidad para dar con imágenes potentes y perdurables, y la corriente emocional que fluye por debajo de sus historias despierta ecos reconocibles en nuestro interior, al tiempo que sus relatos materializan todas las preocupaciones, obsesiones y miedos de este siglo. Una de las nuevas voces de la ficción extraña que hay que seguir.
También te puede interesar:
- ‘Bocadáver y otras autobiografías’, de John Langan
- ‘El rito’, de Laird Barron
- ‘Torn de nit’, de Stephen King
‘Los inconsolables’, de Michael Wehunt was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.