Acercarse a una novela como Vencer al Dragón, un pequeño clásico del género fantástico, tal vez no tan conocido en España como debería, me impone un cierto recelo. A veces los clásicos lo fueron por lo que significaron en su momento, pero no todos envejecen igual. Esta novela se publicó en un momento en el que algunas mujeres comenzaban a destacar en el campo de la ciencia ficción y la fantasía. Ursula K. Le Guin había abierto el camino en los setenta, y en el ochenta y dos Barbara Hambly publicó su primera novela. Publicar en el campo de nabos que era la fantasía en aquel entonces ya era todo un logro, pero además consiguió llevarse una nominación al Locus en el ochenta y cinco (por la novela que hoy nos ocupa) y ganó dicho premio en el ochenta y nueve (por Cazadores Nocturnos). Fue el principio de una carrera que abarca decenas de libros y gran variedad de géneros. ¿Por qué mis recelos, entonces?
Vencer al dragón es recordada por tener un personaje femenino de mediana edad, no especialmente guapa. En su momento, era algo rompedor, pero hoy en día, las protagonistas femeninas fuertes y complejas son casi el estándar en el género. Me preocupaba encontrarme con una de esas novelas tan influyentes que, cuando la lees años más tarde, te suena a ya vista. Además, Hambly no parece haber calado entre el público de nuestro país. Aunque Timún Más hizo una apuesta por ella a principios de los noventa, publicando la mencionada Cazadores Nocturnos y una trilogía entera (El reino de Darwath), la única novela de la autora que ha seguido reeditándose es esta. Sorprende que siendo una novela de cierto éxito ni siquiera las secuelas de la misma hayan sido traducidas jamás al castellano. ¿Será que no es para tanto?
Pues todos mis recelos eran infundados. Jenny Waynest, hechicera y madre, dolorosamente consciente de que no es muy guapa, es un personaje de esos que se quedan contigo mucho después de haber terminado de leer. La historia empieza cuanto Jenny se encuentra a Gareth, un muchacho de alta cuna, que busca a John Averin, el único vencedor de dragones con vida en esta época. Averin resulta ser la pareja sentimental de Jenny (que no su marido). Gareth contempla horrorizado como se le cae un mito. Encuentra a Averin en una pocilga, cuidando de los cerdos. Descubre que la pareja tiene hijos fuera del matrimonio. Que ella no cuida de los niños porque se dedica a estudiar magia. Nada se parece a las canciones que él ha estudiado con tanto afán. Un dragón se ha instalado en su reino y ha hecho un largo viaje hasta las Tierras del Invierno para recibir una sucesión de amargas decepciones. Este trio de personajes, tan humanos y bien caracterizados, son el corazón de esta aventura que los llevará a replantearse sus vidas.
Son personajes que miran hacia atrás y no saben si tomaron las decisiones acertadas. Jenny encuentra a otra hechicera, mucho más poderosa que ella y piensa que no debió dedicar tanto tiempo a John y a sus hijos. Si se hubiese dedicado exclusivamente a la magia, ¿podría haber llegado a ser tan poderosa? ¿O simplemente no tenía el talento? Ha dejado el cuidado de sus hijos en manos de su nuera, pero ni así ha podido dedicarse a sus estudios tan a fondo como habría podido. Los tuvo porque John quería, ¿debió negárselo? ¿Debió incluso renunciar a tener un amante? John ve como Jenny se distancia de él y no sabe cómo retenerla. Gareth descubre que ha sido un niño mimado y ahora que debe actuar como un caballero, no cree estar a la altura. No os voy a contar más, pero hay una villana a la altura de todo esto. Y luego está el dragón. El dragón, y lo que significa para todos estos personajes, es otro acierto del que no os voy a hablar. No digo que sea una novela perfecta. El mundo medieval en el que trascurre es un tanto genérico, y algunos temas se reiteran más de lo necesario, pero a grandes rasgos, no se puede discutir que estamos ante un clásico, que sigue hoy tan vigente como en los ochenta.
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‘Vencer al dragón’, de Barbara Hambly was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.