Hechicería con sabor a Jane Austen
El hechicero de la corona juega con las reglas de la sociedad británica decimonónica de una forma que recuerda a las novelas de Jane Austen, con la particularidad de que la magia tiene su lugar en esa sociedad. Zacharias Whyte es un esclavo de origen africano que por su talento para la magia fue adoptado por un adinerado hombre británico, que ocupa el cargo de hechicero de la corona. Cuando Zacharias hereda el cargo, se enfrentará a una sociedad de magos escandalizada de que el puesto lo ocupe un hombre de color. Al mismo tiempo seguimos a Prunella, una chica con un innegable talento para la magia, que es educación en un colegio para señoritas intenta suprimir. Porque la magia es una cosa de hombres. Puede pasar que una criada use la magia para aligerar las tareas domésticas, pero una señorita no hace esas cosas. No hace falta decir que los caminos de estos dos personajes van a acabar cruzándose.
Unir este periodo de la historia con una sociedad habituada a la magia a muchos les recordará a la muy celebrada Jonathan Strange y el señor Norrell, de Susanna Clarke. La comparación, si bien apropiada, es un tanto injusta. Esta última era una novela mucho más larga y ambiciosa, que de tan elaborada podía llegar a ser una lectura densa y que en ocasiones se iba por las ramas. La novela de la escritora de origen malasio Zen Cho, en cambio, es mucho más ligera, apta para un público juvenil, que trata los mismos temas sociales (el lugar de la mujer en una sociedad eminentemente machista, el racismo y los conflictos de clase) pero de una forma mucho más superficial. No es que esto la perjudica, sino que la hace moverse en un terreno en el que la escritora se encuentra cómoda, con diálogos cargados de ironía y buenas dosis de humor británico. Tampoco se olvida de dejar espacio para el romance, siguiendo las normas de las novelas ambientadas en esta época. Y lo cierto es que se desenvuelve con soltura en todas esas áreas apoyándose en personajes a veces un tanto exasperantes, pero a los que se les coge cariño rápidamente. Ese tono desenfadado, más que al libro de Susanna Clarke, me ha recordado a la magnífica Garras y Colmillos, de Jo Walton (tiene perfecto sentido que en el catálogo de Duermevela puedas encontrar también novelas de esta autora).
El encanto innegable de esta obra le valió a su autora dos nominaciones a mejor primera novela, a los premios Locus y al British Fantasy. Tal vez falla un poco en su resolución, dónde intenta evitar que el conflicto se resuelva por medio de la violencia y se sale un poco por la tangente produciendo un final que me resultó un poco decepcionante. Eso no quita que disfrutara mucho la lectura, hasta el punto que este pequeño desliz no empaña una narración bastante memorable. Duermevela ha editado ya la secuela y, aunque El hechicero de la corona puede leerse de forma independiente, no dudaré en leerla.
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‘El hechicero de la corona’, de Zen Cho was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.