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‘El destino celeste’: Mary Robinette Kowal continúa su carrera espacial alternativa

‘El destino celeste’ es la segunda parte de las aventuras de Elsa York, la mujer astronauta.

Mary Robinette Kowal se dio a conocer en España con Hacia las estrellas, novela con la que ganó el triplete de grandes premios de ciencia ficción (Hugo, Nebula y Locus). Kowal no era una principiante, llevaba ya cinco novelas de su serie The Glamourist (inédita en nuestro país) )a sus espaldas y había ganado ya el John W. Cambell (a mejor autor revelación) y otros dos Hugo (uno de relato corto y otro de novela corta). Hacia las estrellas partía precisamente de la novela que ganó ese Hugo de novela corta The lady Astronaut of Mars y desarrollaba al personaje, Elma York, en Hacia las estrellas.

Se hace obligado, antes de hablar de El destino celeste hacer un repaso de la anterior novela del personaje. Si ya la habéis leído, os podéis saltar este párrafo. Nos encontramos ante una ucronía que parte de 1952, cuando un meteorito cae en la bahía de Chesapeake. El desastre es descomunal, pero no supone el fin inmediato de la vida en la tierra. Los meteorólogos, sin embargo, predicen que a lo largo de las siguientes décadas provocará un cambio climático que hará inhabitable la tierra. Ante eso, se imponía acelerar la carrera espacial para intentar colonizar Marte antes de que fuera demasiado tarde. La autora conseguía contarlo de una forma muy creíble a través de una minuciosa documentación, y de paso hacía un alegato feminista cuando la falta de pilotos lleva a esa sociedad de los años cincuenta a aceptar la necesidad de formar mujeres como astronautas. Ya os podéis imaginar que si estoy aquí reseñando la segunda parte, es porque la primera me gustó mucho.

En esta segunda parte, los avances que se han hecho son suficientes como para mandar una primera expedición a Marte, en la que se centra esta novela. O quizá sería mejor decir que debería centrarse, porque creo que en este caso, la autora no ha estado tan acertada y la novela va un poco de aquí para allá sin tener del todo claro cuál es su tema central. El recurso de contar la historia en primera persona desde el punto de vista de Elma York ha conseguido que la novela me haya sonado un poco a visto. Puede que el hecho de que yo andara viendo al mismo tiempo la excelente “Para toda la humanidad” en Apple TV, otra carrera espacial alternativa con la que tiene muchos puntos en común, ha contribuido a esa sensación de que esta historia se podría haber contado mejor.

Hacia las estrellas: la primera entrega ganó los premios Hugo, Nebula y Locus.

No me mal interpreteis, la novela me ha gustado, pero voy a intentar explicar el por qué de esa sensación, La primera novela tenías dos temas importantes, la lucha personal de Elsa por hacerse respetar en un mundo de hombres mientras lidiaba con sus problemas de ansiedad y el enfrentamiento entre ciencia y negacionismo (sin llegar al extremo de No mires arriba, otra obra sobre el tema con meteorito incluído.) Siendo Elsa antes científica que astronauta, ambas iban de la mano de forma natural. En esta segunda parte, sin dejar del todo de lado los temas anteriores, añade otros dos, el racismo y la lucha de clases. Mucha gente teme (con razón) que a Marte solo irán hombres blancos ricos, lo que deja a una gran cantidad de gente sintiéndose abandonados por el gobierno. EL dinero se invierte en un programa espacial carísimo que no creen que les vaya a salvar (no a ellos, al menos).

Y Elsa parece metida en esos temas con calzador. Lo cual resulta un poco ridículo, porque en la nave hay una astronauta negra. Clamaba al cielo que tenía que ser la narradora de esta historia y no Elsa, que al principio ni siquiera forma parte de la expedición a Marte, mucho menos le afecta el resto de temas (ella es judía, pero es hija de un general y una estrella mediática). Los esfuerzos de la autora por que Elsa muestre empatía resultan un tanto condescendientes y a menudo Elsa parece la estrella invitada en su propia novela.

¿Con todo eso quiero decir que es un mal libro? Para nada. El esfuerzo por documentarse sobre la carrera espacial real sigue brillando y la historia tine algunos giros realmente inesperados. La narrativa es fluida y los personajes carismáticos. Pero no deja de llamar la atención que la primera parte ganara tantos premios y la tercera parte The Relentless Moon (aún inédita en castellano) volviera a estar nominada al Hugo y al Locus y sin embargo los premios se olvidaran de esta segunda. Bueno, no del todo, porque desde hace unos años existe una categoría que premia la mejor serie de novelas y el Universo de la mujer Astronauta” en su conjunto fue nominada.

En definitiva, la serie mantiene el interés y si os gustó Hacia las estrellas no creo que esta os decepcione. La saga tiene buena salud y aparte de la ya mencionada tercera parte (The Martian Contingency), hay anunciada una cuarta y se ha publicado una novela de misterio que ya no sigue a Elsa York pero está ambientada en el mismo universo. Yo por mi parte, ya estoy deseando echarles el guante a todas.

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