El autor de ‘Píldoras azules’ se acerca al cómic abstracto
En el prólogo a su último cómic, Frederik Peeters (autor de Píldoras azules, Lupus, Oleg, etc) explica que al finalizar Aama, se quedó con ganas de dibujar un tomo final completamente mudo, psicodélico y abstracto. “Al mismo tiempo”, explica, siente la pulsión “de dibujar o de contar lo que me resulta de forma más clara la gran destrucción del mundo, el alboroto frenético de los seres humanos, el hundimiento del sueño salvaje”. Y esto es lo que el autor ha hecho en Saqueo, obra recientemente publicada por Astiberri, y de la que sería muy difícil intentar hacer una sinopsis.
Y es que Saqueo de Frederik Peeters, si es que puede resumirse argumentalmente de alguna forma, vendría a ser un viaje de dos extraños personajes líquidos por un mar de guerras, catástrofes naturales y naturalezas corrompidas y devastadas.
La voluntad de Peeters en Saqueo aprecia desde la misma portada, donde un título de difícil de lectura, a la manera de los logotipos de los grupos de metal extremo, preside un dibujo que fusiona lo apocalíptico con lo insólito. Pero la idea, la noción estética, insisto, permanece en el título: hay que ir más allá, hay que tomarse el tiempo para desentrañar lo que en apariencia es puro caos para apreciar la sutileza de un trabajo que por lo demás es barroco, exagerado, sobrecargado de referentes, un fluir de la consciencia continuo que apela a lo irracional, a juzgar el cómic mas por el instinto que a la razón, por más que la inteligencia nos esté constantemente señalando lugares comunes que reconoce.
Hay que tomarse el tiempo para desentrañar lo que en apariencia es puro caos para apreciar la sutileza de un trabajo que por lo demás es barroco, exagerado, sobrecargado de referentes
Sí, efectivamente, cada página, de una única viñeta, tiene una relación con la anterior y la siguiente, se mantiene un mínimo de estructura relacional, pero no siempre es causal o temporal. Peeters juega con todo tipo de referentes; de hecho, los cita al final de la obra, y es largo y pretencioso como aquel extenuante brindis de nombres que José María Álvarez hacía en Museo de cera citando a sus maestros.
La gracia es que, en esta maraña de influencias, cada cual verá las que más obvias se le aparezcan: en mi caso, veo mucho los remolinos de carne abyecta y el paisajismo postindustrial de Katsuhiro Otomo en las planchas de Peeters, pero también ahí está Doré, Dalí, Brueghel, o Tarkovski.
Saqueo de Frederik Peeters es una obra extraordinaria. No es un cómic “normativo”: olvídense de encontrar algo con sentido. Saqueo es un viaje ético y estético, una sucesión de paisajes irreales y surreales que requieren de un lector sin prejuicios. Una pesadilla visual que tiene el don de aglutinar toda la cronología del mundo en sus páginas y además hacerlo en una especie de súmmum visual epatante.
Un último apunte: recomiendo leer también Oleg, el último cómic autobiográfico de Peeters, para saber algunos detalles de las circunstancias de creación de Saqueo, contadas de primera mano.
‘Saqueo’, de Frederik Peeters was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.